sábado, 23 de mayo de 2009

Clase 66






- Existe además de la filosofía convencional del liberalismo una línea denominada materialismo dialéctico- dice Magariño mientras miramos el reloj del aula. Faltan dos minutos para las diez. No entendemos nada de lo que dice el pelado. Solo nos interesa aprobar la materia, contabilidad, que no tiene nada que ver con lo que este tipo nos enseña. Toca el timbre del recreo de las 10 y hay cinco que van atrás de Harabendian. Uno hace de campana y el otro baja al gimnasio, por si se cae.

El cabello negro de Harabendian brilla en el calor del pequeño local de la calle Caseros 68. Hace un calor infernal para ser el mes de abril.
– Es una línea invisible. Hay varias líneas Harabendian. – Desde el secundario que le digo Harabendian, nunca lo llamo por su nombre de pila, Guillermo.
- ¿Qué pasa Abrahamovich, te estás poniendo nostálgico?
Nos traen cuatro empanadas salteñas. Es algo que no pruebo hace por lo menos diez años. Se me nota en la cara.
- Murió Alfonsín, ayer murió Alfonsín.
- ¿Te das cuenta?
- Me estoy dando cuenta que no tenés ni una sola cana. ¿Cómo hacés culiado?
- Es la raza loco.
- Esa es la línea invisible de la que te hablaba.
- ¿Qué línea?
- La que une a nuestras razas perseguidas. Aunque no somos razas. Somos pueblos. El pueblo armenio, el pueblo judío. La misma historia. Genocidios, masacres, persecuciones, siempre nos han usado de chivo expiatorio.
- ¿Y Alfonsín? ¿Vos crees que claudicó?
- Alfonsín no claudicó. No.
- Qué calor. Me había olvidado que en este país no se usa el aire acondicionado.
- El cambio climático. El hielo de la Antártida se derrite.

El patio está frío. A Patricia la han bautizado Peperina. El flaco le puso el apodo. Es magnífico el flaco con los apodos. A mí me bautizó "Nariz principio de tango". Narí Narí dicen los tangos cuando empiezan. Patricia es una niña menuda que siempre va con otra. Muy llamativa la otra, ella no. A ella casi no se la ve. Si no se la muestro al flaco ni se da cuenta que existe. A Harabendian le dicen la Morsa Azul. Había escuchado el apodo Morsa, se usa bastante. Pero no sé por que le pusieron Morsa Azul. Tal vez por la cara de frío del gordo cuando cantan la Aurora a la madrugada. Todos se fijan en lo que hace Harabendian para ver como lo pueden joder. Eso pasa todas las mañanas. La última broma es colgarlo desde el balcón que da al gimnasio en el recreo de las 10. El Zanahoria hace campana mientras Chucho y Paco López lo cuelgan. Abajo hay siempre alguno mirando, por si se cae. Si se cae se mata seguro. Ya los agarraron una vez los celadores. Cada uno tiene 23 amonestaciones . Pero lo siguen haciendo, en los recreos de las 10, en la hora de Magariño. Es la nueva diversión. Ahora cuelgan a la Morsa Azul del balcón, los 20 minutos que dura el recreo largo.

Estoy enamorado de Patricia. Me gusta más que la otra, la que va a su lado . Pepa le dicen a la otra. Según todos es despampanante. Dicen que Pepa los calienta a todos y al final no se queda con ninguno. A mí la que me gusta es la que nadie ve. El patio está tan frío que cuando me la encuentro de frente a Patricia, junto al anfiteatro, a la hora del almuerzo, no pienso más que en las puntas de mis dedos. Siento los mocasines gastados que tengo. No me protegen del frío. Patricia pasa de largo junto a Pepa, conversando. Ni me mira. En ocho años ni me mira.

- La ví el otro día de nuevo.
- ¿A cuál?
- A la que iba siempre con Pepa, Patricia se llamaba.
- Otra línea invisible ¿Qué tal está?
- Arruinada.
- Igual que nosotros.
- Me sigue gustando.
- ¿A dónde la viste?
- En internet, en una red social.
- Sos un pajero, el de siempre. Esas redes no sirven para levantar minas.
- Si verla en el cole era lo mismo que verla en internet.

El profesor Milito nos hace desfilar, no hago más que mirar el extremo del patio, es una especie de obsesión de uniforme. Ocho años de fantasías sin que sepa que existo. Me dicen el pajero.

- ¿Y lo que vino después de Alfonsín?
- Menem. Vendió todo, armó la corte, jugaba al tennis con Bush padre que le llevaba como tres cabezas.
- Alfonsín no capituló, te lo aseguro. Salvó la democracia.
- ¿Y ahora?
- Fijate, otra línea invisible. En España es lo mismo. En todos lados es igual.
- ¿Qué?
- Productos con sus etiquetas. Las mismas cadenas y los mismos nombres. La gente cada vez más pobre y con más opciones para comprar.
- Las ciudades han trazado sus fronteras y sus catedrales, los centros comerciales. Los que se quedan afuera de la línea no importan. La mayoría. Esos no cuentan. Los que cuentan son los que compran cosas. Y las cosas mismas cuentan hasta que se acaban.
- ¿Y qué es el arte?
- Etiquetas, catálogos, anuncios, cosas. Las cosas han perdido su valor de uso. Solo existen por eso, porque son objetos de deseo.
- Como Pepa.
- No, como Patricia.
- ¿Por qué te gustaba esa?. Era la fea. Nadie la veía, yo ni me la acuerdo.


El Acto Patrio se celebró el día anterior al 25 de mayo, que cayó sábado. Antes de que entrase la banda, nuestro curso la tenía al lado a la banda, se celebró una solemne misa. Todos de la mano, a rezar el padre nuestro. No lo sabía al Padre Nuestro. Pero hacía como que rezaba. Había un gordito en la banda uniformada verde militar que cada tanto tocaba unos platillos enormes que nos dejaban temblando. Hacía frío para ser viernes 24 de mayo, el patio estaba atravesado por un viento polar y levantarse un poco más tarde hacía que uno se sintiera un poco menos helado que siempre, pero helado igual . Ese 24 de mayo hubo un ruido extraño, debajo del estertor de la banda. Frenadas, golpes de puertas que se cerraban. Todos los de nuestro curso sentimos eso. Todas las secciones que estaban cerca de la rampa. Cuando terminó el acto bajamos en manada. Las ocho secciones, la mayoría clase 66 y 67, llegamos a la cortada Suecia, donde se habían aparcado los dos coches. Todos vimos salir a los tipos de traje. Los vimos subier a la rampa y mirar para abajo. Todos vimos las armas. Como corrían a los dos celadores y al profesor de contabilidad, Magariño. Todos vimos como los llevaban a la calle, los metían en el coche, los llevaban por la calle por la que nunca más aparecerían. Durante el juicio a las juntas, en el gobierno de Alfonsín, nos citaron a uno por uno en el juzgado y declaramos lo que vimos. El director fue imputado, junto con unos cuantos profesores. Cayeron también presos algunos del Batallón 104 y de la Policía de la Provincia. Con la obediencia debida los largaron. Con el punto final, con Menem los sobreseyeron. No se habló más del tema entre nosotros.

- Salió en el diario lo del Zanahoria ¿viste?
- Si, lo leí ayer. El millonario, lo estafaron, le secuestraron la hija y se hizo el macho.
- Está destruido.
- No puede haber peor que eso.
- La única hija perdió, encima divorciado.
- ¿Qué va a hacer ahora?
- No quiere hablar con nadie, hace meses.


Los vestuarios se hicieron cada vez más oscuros, a medida que avanzaron los años. El espejo grande en el que nos reflejábamos cuando tocaba cambiarse, tres veces por semana, tenía la superficie raída cada vez más extendida. Al final de los años de secundario se nos veía a todos deformados, negros, parecíamos monstruos. Durante seis meses preparamos una presentación en Educación Física para la que teníamos que ponernos una remera blanca. Mi madre me compró una Ogga, que era la marca de los pobres. El profesor Melanino nos hacía desfilar por el gimnasio para la presentación final en el flamante Estadio , donde se había jugado el glorioso Mundial 78. Nos preparamos para un encuentro religioso de escuelas de toda la provincia, formando flores, el escudo argentino y una enorme bandera que atravesaba el campo olímpico de fútbol. Toda nuestra sección era un simple punto blanco en esa extensión de casi 500 metros, con sesenta escuelas participando, un cura oficiando misa y miles de niños. Cada uno llevaba su color, celeste o blanco. Una ocasión magnífica para verlas a Patricia y Pepa más de cerca y más tiempo que nunca. Por casualidad nos había tocado el ala Este del estadio, justo a la sección de ella y a la nuestra. El efecto de verla de cerca fue el mismo que en el colegio: nada.

- Armemos una reunión Harnabendian, me vine de España por unos días, tenemos que juntar la tropa, hacer un asado.
- Abrahamovich, no es que nadie te quiera, pero es imposible.
- ¿Qué pasa ?, pago el asado, vengo con euros. Vamos a llamar ya, dame tu celular y quedamos.
- No te enterás de nada. No tenés la menor idea de lo que está pasando.
- Murió Alfonsín ¿no? ¿Ayer no? Me bajé del avión en Ezeiza y fui lo primero que ví no? Me enteré lo del Zanahoria. ¿Qué más querés que sepa, No vivo acá hace quince años.
- No es eso Abrahamovich.
- ¿Qué es?
- El país, ha cambiado de nuevo.
- Sí, España también ha cambiado, para peor. Consumismo, crisis, hipotecas. Gente sin trabajo Una mierda tío. El clima está cambiando. Mirá el calor que hace. Ya ni hacen falta picos para picar el hielo loco. Se derrite solo.
- No es eso, no entendés. ¿Te acordás de los que me colgaban del balcón al gimnasio?
- Sì, Chucho, Paco, jugaban al rugby, ¿qué fue de ellos?. Zanahoria ya sabemos, pobre. Al final no los volvimos a juntar con nosotros. Mejor ¿no?
- Están en el gobierno de la ciudad, en la Municipalidad.
- ¿Tan mal estamos? ¿Y qué hacen ahí, esos ineptos fascistas?
- Son los que manejan los arrestos.
- ¿Arrestos? ¿Otra vez?, no te puedo creer.
- Sí.
- ¿Y con quienes se la agarran ahora?
- Con nosotros.
- ¿Quienes somos nosotros?
- Hay un pacto entre fuerzas políticas locales. Hay que neutralizar a los de las clases 1966 67 y 68 que fueron a nuestro cole y lo vieron todo. Parece que Magariño tenía muchos adeptos que levantaron polvareda y quieren terminar con el asunto...
- ¿Qué estás diciendo Morsa Azul? No puede ser. Estamos hablando de una cosa que pasó hace más de veinte años...
- ¿Has intentado hablar con alguien más que yo?
- Sí, ayer, no me contestó nadie. Lo normal, supuse que estaban todos laburando, ocupados, que se yo.
- No están Abrahamovich, y si no te vas pronto, vos tampoco vas a estar más.
Vos sabés por que no están, pensá. Por ahí mejor adelantás tu vuelo.
- … ¿Y a vos, por qué no te llevaron todavía?
- Porque fui el que los delató. Estoy en el operativo. Trabajo con Chucho y Paco, en la Municipalidad.

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